Esta mañana hemos asistido a la presentación online del Informe Coste de oportunidad de la brecha de género digital de Closingap, que arroja conclusiones muy interesantes. El mensaje es muy claro: es el momento de reinventarnos y de apostar por la formación digital para no dejar escapar ninguna oportunidad laboral. ¿Sabías que según los datos de un reciente estudio este año, en Europa, más de 850.000 empleos digitales no se podrán cubrir por falta de profesionales?
Vodafone ha querido analizar, en el seno de ClosinGap, esta brecha de género y visibilizar qué es lo que podemos perder como economía y como sociedad si las mujeres no nos incorporamos en igualdad de condiciones a este sector, ha indicado Antonio Coimbra, presidente y consejero delegado de Vodafone España.
"Nunca es tarde para formarse", ha subrayado Remedios Orrantia, directora de RRHH y Property de Vodafone. Las mujeres debemos prepararnos con más intensidad para el empleo y la digitalización, que presentan desafíos para la igualdad de género: brecha salarial, automatización e infrarrepresentación de las mujeres en el sector.
Si consiguiéramos una mayor presencia en el empleo digital, el impacto para la economía española sería de casi 3 puntos en el PIB. Sin embargo, la realidad es que apenas el 20% de trabajos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en sectores digitales son ocupados por mujeres.
El interés por estas carreras STEM se ha mantenido prácticamente constante en España durante los últimos años, llegando incluso a disminuir levemente. Así, mientras que el 24,4% de matriculados en universidades en el curso 2015/2016 lo hacían en estas ramas, en el curso 2018/2019 el porcentaje disminuyó cuatro décimas. La distribución por género desvela en España una amplia brecha entre hombres y mujeres. Así, por cada mujer matriculada en una carrera STEM, hay 2,7 hombres en la misma posición (o lo que es lo mismo, 0,4 mujeres por cada hombre). En este contexto, si no se logra la atracción de las chicas hacia estas disciplinas académicas, las nuevas generaciones de trabajadores digitales seguirán siendo eminentemente masculinas.
El coste de oportunidad de la brecha
El estudio constata que, aunque no existe brecha de género entre el sector más joven en el acceso y uso de herramientas digitales a nivel de usuario, sí persisten aún importantes diferencias entre las personas de 65 años o más. No solo en cuanto a habilidades digitales, sino también en la resolución de los problemas que pueden aparecer en su experiencia online o en sus compras electrónicas, que de equipararse en gasto a la de los hombres, podrían sumar a la economía más de 400 millones de euros anuales.
Esta situación es especialmente relevante en el entorno laboral, en el que las mujeres tienen una mayor exposición al riesgo de automatización de ciertos trabajos que realizan ellas de forma mayoritaria, o donde ya están apareciendo determinados sesgos algorítmicos resultantes de la escasa representación de las mujeres entre los desarrolladores y programadores. Asimismo, una presencia igualitaria de hombres y mujeres en los sectores más digitales de la economía (donde las mujeres apenas representan un 21% del total de trabajadores), podría llevar a nuestro Producto Interior Bruto a crecer en 31.000 millones de euros.
La demanda de competencias digitales ya supera la oferta de talento
En nuestro país hay más de 250.000 puestos de trabajo digitales sin cubrir. O mirado de otro modo, más de 250.000 oportunidades que no podemos perder. La demanda de competencias digitales ya supera la oferta de talento disponible.
The EU Digital Skills and Jobs Coalition (Coalición de Habilidades Digitales y Empleo de la UE) indica que el 37% de trabajadores de la UE no tienen suficientes competencias digitales y hay indicios claros de que la brecha de competencias digitales se está ampliando. A pesar de que muchas personas jóvenes son “nativas digitales” con un dominio casi instintivo de los contenidos digitales y las redes sociales a nivel usuario, la mayoría no tienen la capacidad de escribir código, mitigar los riesgos de ciberseguridad o diseñar, configurar y mantener dispositivos electrónicos y redes.
Además de las carencias existentes en cuanto a habilidades, los avances en campos como la inteligencia artificial, la nanotecnología, la impresión 3D, el internet de las cosas y otras tecnologías alterarán radicalmente las pautas de consumo, producción y empleo. Traerán, por consiguiente, muchas oportunidades, pero también riesgos.
Riesgos y oportunidades que no se distribuyen por igual en toda la sociedad o la economía. La diversidad de género es muy importante porque las profesiones más digitalmente intensivas están mejor remuneradas que la media y en plena fase de crecimiento, pero también se encuentran hoy dominadas por grupos ya privilegiados en la sociedad, lo que hace posible y probable que se intensifiquen las desigualdades hoy existentes.
Algoritmos y sesgos de género
Mención especial merece el presente y futuro de la inteligencia artificial, innovación enormemente disruptiva que esboza un futuro fuertemente condicionado por la participación de los algoritmos en la toma de decisiones de aspectos muy relevantes en nuestra vida cotidiana, algoritmos que hoy en día son diseñados mayoritariamente por hombres, y por tanto, susceptibles de replicar la incorporación de sesgos de género observada en otros ámbitos de la I+D+i, como es el caso de la investigación clínica (androcentrismo) que se evidenció en el Informe ClosinGap sobre la brecha de género en salud.
Forbes señaló en 2018 que alrededor del 85% de la fuerza laboral involucrada en aprendizaje automático (machine learning) era masculina. Si las personas que crean los algoritmos no reflejan la diversa población del mundo, los sesgos conscientes o incoscientes pueden colarse en algoritmos (y de hecho lo hacen), lo que influye en su producción, desempeño y resultados. Esto se debe a que los algoritmos existentes diseñados por hombres tienden a tratar a los hombres como el valor predeterminado y a las mujeres como el valor atípico (convención derivada del androcentrismo). Se necesitan por tanto más codificadoras, inventoras e inversoras para desarrollar innovaciones diversas e igualitarias, y que las empresas tecnológicas cuenten con más perfiles femeninos entre sus equipos.
Además, los motores de búsqueda pueden reforzar estos sesgos contras las mujeres en las búsquedas. No obstante, no es sólo que hombres y mujeres hagan búsquedas diferentes en Google, sino que los propios motores de búsqueda pueden mostrar sesgos de género. De hecho, el Observatorio Findability–SEO Team de Vodafone ha detectado en su análisis de las búsquedas en Google, cómo el algoritmo arroja resultados sesgados por cuestión de género en búsquedas relacionadas con ámbitos tan cotidianos como la alimentación o el deporte. Por ejemplo, al escribir en el buscador los términos “comida para mujeres” o “deportes para mujeres” los resultados hacen referencia a soluciones para adelgazar o estilizar el cuerpo, mientras que los correspondientes a la misma búsqueda para hombres se centran en la distinción de deportes femeninos o masculinos y recomendaciones de calzado deportivo. Estos sesgos también se han evidenciado en la función “autocompletar” de buscadores de Internet.
Clima negativo en Twitter en torno a la igualdad de género, 8M o feminismo
Otra de las con conclusiones del informe es que el clima de la conversación sobre la brecha de género en redes sociales es negativo. Vodafone ha realizado un análisis de sentimiento en una de las redes sociales más populares y dinámicas (Twitter) para entender cuál es el tono de la conversación en torno a términos asociados a la igualdad de género.
Twitter es una red social empleada en España en mayor medida por hombres que por mujeres. De hecho, el 62% de las 171.090 conversaciones en torno a estos conceptos analizadas entre julio de 2019 y febrero de 2020 son generadas por hombres. Una de las principales conclusiones del análisis es que el sentimiento predominante en las conversaciones es negativo (negatividad recogida entre el 57% y el 72% de las conversaciones sobre estos conceptos), materializado en comentarios machistas y ataques hacia el movimiento feminista, refiriéndose a él de forma despectiva e insultante (en el 53% de las conversaciones analizadas), y a las asociaciones y grupos feministas.
Las conversaciones en las que se observa un mayor machismo y crítica a la igualdad de género son las relacionadas con la seguridad (37% de las conversaciones), el ámbito familiar (19%), la política (11%), la educación (9%), la sexualidad (6%), la economía y el ámbito laboral (5%), la transexualidad, la juventud, el aspecto físico, los deportes y la religión.
No se observan diferencias significativas en la valoración que hacen hombres y mujeres sobre la igualdad de género y sus expresiones. En ambos casos se tiende a la crítica al considerarlo algo innecesario o que ataca a sus valores. No obstante, los hombres predominan en la conversación (62%), por lo que "se puede concluir que es el grupo al que más le incomoda este tipo de acciones encaminadas hacia la igualdad", señala el informe. Por grupos de edad, la conversación está dominada tanto por los mayores de 45 años (38%) como, sorprendentemente, por los menores de 25 años (35%). El hecho de que sean los más jóvenes los que más críticos se muestran con la igualdad en este tipo de foros, evidencia que, al menos en el ámbito de las redes sociales, la brecha existente no solo no se está corrigiendo entre las nuevas generaciones, sino que se está perpetuando. Se detecta en las conversaciones sentimientos xenófobos y racistas y de reticencia a los cambios asociados a la igualdad de género relacionados con “la pérdida de valores” y el fin de los modelos tradicionales de familia.
Reflexiones
En definitiva, las habilidades digitales son esenciales para acceder a una amplia gama de oportunidades en el siglo XXI y son uno de los pilares que sustentan la transformación digital. Tanto es así, que deben ponerse al día periódicamente en respuesta a la incesante introducción de nuevas tecnologías y a su repercusión en la economía y la sociedad digitales.
Estos son algunos aspectos clave que habría que tener en cuenta para realizar un adecuado seguimiento del progreso hacia la igualdad de género en el ámbito digital, así como para definir estrategias y acciones para cerrar las brechas:
- Implantar una agenda de diversidad e inclusión en las organizaciones.
- Incentivar la incorporación de las mujeres en formación STEM y posiciones digitales avanzadas.
- Educación en igualdad.
- Mitigar los estereotipos de género.
- Vigilancia y supervisión de los progresos o retrocesos en igualdad.
- Valoración económica de los trabajos esenciales que requieren de presencia física.
Closingap es un clúster formado por Merck, MAPFRE, Repsol, Vodafone, Meliá Hotels International, Mahou San Miguel y Solán de Cabras, Grupo Social ONCE, BMW Group, L’Oréal, PwC, Bankia y KREAB que aspira a promover la transformación social en el ámbito de la economía y la mujer en colaboración con los sectores público y privado, avanzando hacia una mayor igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.