Dos nuevos estudios del Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE) evalúan las medidas adoptadas por cada país para proteger a las mujeres durante la pandemia por Covid-19 y constatan cómo los gobiernos pueden ampliar y reforzar el papel de los testigos ante la violencia de género.
"Todos los países han desarrollado medidas especiales para proteger a las mujeres durante la pandemia. Sin embargo, la persistente falta de financiación de centros de acogida y de líneas de ayuda directas ha derivado en un apoyo a veces desigual", destaca Carlien Scheele, directora del EIGE.
Servicios esenciales y mayor implicación de testigos
Irlanda, España y Lituania pusieron en marcha planes de acción nacionales para atajar la violencia machista durante la pandemia. Otros adaptaron la legislación para declarar los refugios/centros de acogida y las líneas directas como "servicios esenciales" para mantenerlos accesibles en todo momento. En Letonia, Estonia, Eslovaquia y Francia, la legislación obliga ahora a los gobiernos a proporcionar alojamiento alternativo a las mujeres que sufren violencia en el hogar.
Casi todos los países pusieron en marcha campañas de sensibilización enfocadas no solamente a las víctimas, sino también a quienes presencian este tipo de violencia. En este caso son vitales porque "hay testigos que pueden dejar de intervenir al no reconocer la violencia de la pareja cuando la ven". Las campañas les brindan una guía clara sobre cómo pueden ayudar. Entre el 20% y el 30% de las llamadas a las líneas directas de violencia machista son realizadas por testigos. La investigación del EIGE en Dinamarca, Alemania, Francia y Portugal muestra que, a menudo, quieren ayudar de otras formas además de informar a la policía; por ejemplo, hablando con la víctima o ayudándola a acceder a los servicios de apoyo. La orientación sobre estas formas de ayuda también debería formar parte de las campañas.
Factores que permiten la intervención de testigos:
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Tienen un fuerte deseo de intervenir, pero no necesariamente de denunciar la violencia a la policía.
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Amistades y familiares son grupos clave para apoyar a las víctimas de la violencia de género. Grupos vecinales y otras personas de la comunidad local también muestran un fuerte deseo de intervenir. Es menos probable que intervengan compañeros/as de trabajo.
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Asegurar la cooperación y el consentimiento de la víctima es un factor clave para su intervención. Puede incluir hablar con la víctima, ayudarla a acceder a los servicios de apoyo o informar de la situación a las autoridades.
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Entender la violencia machista y saber cómo apoyar a las víctimas. Esto subraya la importancia de las campañas de concienciación que fomentan la comprensión, permiten detectar los signos de este tipo de violencia (en particular la violencia no física) y ofrecen orientación sobre cómo prestar ayuda.
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La posibilidad de notificar la situación de forma anónima anima a denunciar la violencia de género a las autoridades. En particular, en el entorno vecinal y laboral, que suelen tener una relación menos estrecha con la víctima y el agresor.
"Ningún estado miembro de la UE tenía un plan para hacer frente a esto"
A medida que los países de la UE vuelven a adoptar restricciones para evitar la propagación del coronavirus, los gobiernos pueden aprender de las acciones positivas tomadas durante la primera ola de la pandemia, así como de las deficiencias. Por ejemplo, el personal de centros de acogida y encargado del asesoramiento por teléfono se vio desbordado por el aumento de la demanda y la angustia de las víctimas. En muchos casos no se sentían preparados/as para brindar apoyo online y les preocupaba la confidencialidad de las víctimas.
En España, el teléfono de asistencia a las víctimas de violencia de género, el 016, se convirtió en el recurso principal para denunciar situaciones de malos tratos y experimentó un incremento del 41%. El Ministerio de Igualdad premiará la labor de las trabajadoras del 016 en el acto institucional del 25N.
En la mayoría de los países, la pandemia puso al descubierto además los débiles sistemas de apoyo generales para las víctimas. La falta de fondos y espacios de refugio provocaron que algunas mujeres tuvieran que ser alojadas en hoteles y en espacios de Airbnb. "Si bien la acción rápida es loable", este tipo de medidas no deberían ser la solución para salvar vidas, señala el EIGE. "Ningún estado miembro de la UE tenía un plan para hacer frente a esto", añade. El Covid-19 ha mostrado qué poco preparadas están las sociedades para proteger a las víctimas de la violencia machista. Los gobiernos no deben hacer la vista gorda, recalcan desde el instituto europeo.
El próximo 25 de noviembre es el Día Internacional contra la violencia machista y comenzará la Campaña "16 días de activismo contra la violencia de género", por la que importantes edificios de todo el mundo se iluminarán de naranja para concienciar a la sociedad.
El lema de la campaña de este año es 'Orange the World: Fund, Respond, Prevent, Collect!'
ESTUDIOS: Covid-19 y la violencia contra las mujeres: hallazgos clave
Violencia de pareja e intervención de testigos.