Cada vez son más frecuentes los comentarios alusivos a la cantidad de Días que se celebran y, muchas veces, las expresiones que se escuchan reflejan un cierto hartazgo, incluso rozan a veces el rechazo, con expresiones como: ¿Por qué el día de esto y no de lo otro?
Sin embargo, la importancia de estos días radica en que, sin ellos, se desconocerían muchos temas que de otra manera pasarían desapercibidos para la población. Es lo que ocurre con la desigualdad de salario por razón de género.
Siguiendo esta política de visibilización, la Comisión Europea conmemora y celebra el Día Europeo de la Igualdad Salarial desde 2011 para concienciar y sensibilizar sobre este hecho que se ha normalizado en nuestra sociedad.
Esta celebración no tiene un día fijo, porque varía en función de los datos sobre la brecha salarial que facilita Eurostat en la Unión Europea.
Así, la primera vez que se celebró esta fecha en 2011, fue el 5 de marzo. En 2012, el 2 de marzo. En 2013 y 2014, fue el 28 de febrero y este año lo celebramos el 22 de febrero. De esta forma, se pone de manifiesto los días de más en el año que una mujer debe trabajar para equiparar su sueldo al del hombre.
En la actualidad, este fenómeno ya ha aflorado en la sociedad, ya no se oculta que las mujeres cobran menos que los hombres, ya no se da ese secretismo que sustenta una estructura patriarcal de la economía.
Los últimos datos que baraja Europa son de 2013 y arrojan una diferencia importante en materia de ingresos medios entre mujeres y hombres, siendo del 16´4%.
Desde Europa se señalan diversos factores que pueden generar esta brecha, tales como: los diferentes índices de participación de la población activa, las excedencias o permisos de maternidad o la actitud de los departamentos de personal (tanto público como privados) hacia el desarrollo de las carreras profesionales. La brecha salarial se sustenta en otras desigualdades tales como la falta de conciliación o la feminización del contrato parcial.
En España, los últimos datos que maneja el INE, son los correspondientes a la Encuesta Anual de Estructura Salarial de 2013 y revelan que la brecha salarial de género en España, alcanzó un 19´3%, como vemos, superior a la media Europea.
Entonces, si se conoce, ¿por qué nos encontramos con ese escepticismo?
Las expresiones más comunes que me encuentro respecto a este tema son:
- “¡¡¡Eso era antes!!! Ahora hombre y mujer cobran igual.
- “Será en la empresa privada, los funcionarios cobramos lo mismo”.
Si es una negación de la realidad que perjudica, ¿por qué sucede?
A mí, se me ha ocurrido pensar que quizá sea por falta de información y de concienciación sobre lo que es realmente la desigualdad salarial entre mujeres y hombres y por qué se da.
Es por ello, que la fase de visibilización se debería considerar ya cumplida y comenzar la de concienciación, hacer ver cómo sucede. Sí, hay que dar un chasquido y dotar de conciencia a la población de que es algo que nos sucede o nos puede suceder y dotarles de medios e instrumentos para evitarlos (si aún no lo sufrimos) o subsanarlos (si descubrimos que nos está ocurriendo).
Inmaculada Sánchez. Abogada y experta en Igualdad.
Mujeres en Igualdad Sevilla