Así lo advierte un informe de la UE sobre la Trata de personas, en medio de la creciente preocupación por el destino de los niños refugiados no acompañados que han desaparecido de los registros oficiales nada más poner pie en Europa.
Casi 96.000 niños no acompañados solicitaron asilo en Europa en 2015, alrededor de una quinta parte del total de los niños refugiados. Pero al menos 10.000 han caído fuera del radar de los organismos oficiales, según denunció la Oficina Europea de Policía (Europol) en enero. Las autoridades alemanas también informaron a principios de año de que los funcionarios habían perdido la pista a 4.700 niños, mientras que en Suecia unos 10 niños son dados cada semana por desaparecidos.
El informe de la Comisión Europea no calcula cuántos menores pueden haber sido víctimas de las bandas criminales, pero sí advierte de que el fenómeno de la trata de niños "se ha agravado por la crisis migratoria" y pone de relieve el aumento del uso de Internet y las nuevas tecnologías para reclutar víctimas.
Niños de entre seis meses y 10 años son comprados y vendidos por sumas que oscilan entre los 4.000 y 8.000 euros, aunque se ha llegado a pagar hasta 40.000 en algunos casos, según revela el periódico The Guardian.
Las autoridades de la UE registraron 15.846 víctimas de trata de personas en el periodo 2013-14, incluyendo 2.375 niños (al menos el 15%), pero los autores del informe creen que el número real de víctimas es mucho mayor. Más de tres cuartas partes de las víctimas registradas eran mujeres (76%).
Más de dos tercios (67%) fueron objeto de trata con fines de explotación sexual; aproximadamente una quinta parte (21%) lo fueron de la explotación laboral, a menudo como trabajadores agrícolas, una forma de esclavitud que afecta sobre todo a los hombres. El resto de las víctimas del tráfico se enfrentó a un catálogo igualmente sombrío de explotación que iba desde la servidumbre doméstica a la mendicidad forzosa.
Más de dos tercios de las víctimas identificadas eran ciudadanos de la UE (Rumanía, Bulgaria, los Países Bajos, Hungría y Polonia). El resto procedía de diversos países, con Nigeria, China y Albania a la cabeza.
Para Catherine Bearder, eurodiputada liberal británica, las estadísticas oficiales son “solo la punta del iceberg". "Las víctimas de la trata se convierten en noticia cuando estén detenidas o logran escapar”, señala. "Muy, muy pocas son rescatadas por las autoridades y para mí eso es impactante. Con demasiada frecuencia, las fuerzas policiales ven el crimen, no a la persona, y los consideran inmigrantes ilegales", añade.
Según la ley, toda persona de la que se sospecha que pueda haber sido traficada tienen derecho a recibir alojamiento, tratamiento médico, ayuda para la traducción y asistencia jurídica personalizada de parte de las autoridades europeas durante un “periodo de recuperación” de, al menos, 30 días.
Los parlamentarios quieren ir más allá: “Para asegurar que se les proporciona apoyo y asistencia, las víctimas deben recibir permisos de residencia y tener acceso al mercado laboral en el país donde fue traficada”.
Los resultados de este informe se tendrán en cuenta en el desarrollo de una estrategia post-2016 sobre la trata de seres humanos que se publicará este año.
En el último año, 250 presuntos traficantes de personas han sido detenidos en operaciones conjuntas con el apoyo de Europol.
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