Hoy, 25 de noviembre, conmemoramos el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. El 11 de abril de 2014, España ratificó el Convenio de Estambul, primer instrumento de carácter vinculante en el ámbito europeo en materia de violencia contra la mujer y de mayor alcance para hacer frente a esta grave violación de los derechos humanos. En él establecía tolerancia cero contra todas las formas de violencia contra la mujer, que ya son delito: la violencia física, psicológica, sexual, la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado, la trata de mujeres con fines de explotación sexual o el acoso sexual.
Pero si hay algo que viene a confirmar el gran pacto europeo contra la violencia hacia la mujer, por el mero hecho de serlo, es que la violencia machista es la peor de las desigualdades posibles entre mujeres y hombres.
Hay que decirlo con claridad. Son cientos de miles las mujeres que, aún hoy, sufren violencia solo por el hecho de que hay hombres que se consideran superiores e intentan demostrar su supremacía utilizando la violencia física, psicológica, sexual y de control. No todas las acciones que generan desigualdad entre hombres y mujeres son violencia de género. Pero sí todos los actos de violencia machista nacen de la desigualdad.
Por supuesto que no todos los hombres son agresores. Son solo una minoría, pero eso no es óbice para cerrar los ojos ante esa terrible realidad y las dramáticas consecuencias de sus actos sobre las mujeres y sus hijos/as.
Y con ellas está nuestro recuerdo.
Con las 1.074 mujeres asesinadas en España desde 2003 como consecuencia de esta terrible lacra.
En lo que llevamos de año, ya son 41 –diez menos que el pasado año en las mismas fechas- las mujeres que han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, tres los menores (37 desde 2013) y 23 los niños y niñas huérfanos a causa de la violencia machista (301 desde 2013).
Cifras muy duras que reflejan la cruel realidad vivida en cada uno de estos casos con el convencimiento de que el maltratador no tiene cabida en nuestra sociedad.
También queremos tener presentes a todas las mujeres que siguen sufriendo en silencio cualquier forma de maltrato y, especialmente, a las víctimas más vulnerables. Por ello, os invitamos -en este Día Internacional- a recordar con emoción y afecto a todas y cada una de las mujeres víctimas y a sus familias.
Y también a sus hijos e hijas. Tan víctimas como sus madres de la violencia machista. En este año 2020, en el que las cifras duelen más que nunca, cuando hablamos de menores el desconsuelo es aún mayor.
En la VI Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019 se indica que 1,68 millones de menores viven en hogares en los que la mujer está sufriendo en la actualidad algún tipo de violencia (física, sexual, control, emocional, económica o miedo) en la pareja.
En el segundo trimestre de 2020, el más afectado por las consecuencias de la crisis sanitaria del COVID-19, ascendieron a 312 los niños y niñas de las mujeres maltratadas que también han sido víctimas de la violencia machista, según el último informe del Poder Judicial.
Y si la crueldad se puede medir, alcanza el grado de barbarie cuando nos referimos a la violencia sexual en menores. El 72% de las víctimas de violencia sexual en la infancia son niñas y más de la mitad tienen menos de 12 años. El 98% de los agresores son hombres y en el 74% de los casos pertenecen al ámbito familiar.
Una terrible realidad que hoy no queremos olvidar y a la que debemos mirar de frente para ponerle fin cuanto antes.
Nuestro reconocimiento al personal de los centros de acogida
Todos los días son adecuados para transmitir nuestro apoyo a los agentes implicados en la erradicación de la violencia que sufren las mujeres: asistentes sociales, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, abogacía, fiscalía, judicatura, profesionales de la medicina, psicología, personal de las casas de acogida (como, por ejemplo, las profesionales que trabajan en las tres casas de Mujeres en Igualdad…). Miles de personas que consideran que auxiliar a las víctimas y ayudarlas a salir del círculo de la violencia no es solo una profesión, sino que es una vocación.
Su ayuda siempre es esencial, pero en este cruel 2020 su colaboración ha sido vital.
La pandemia y el confinamiento domiciliario han sido difíciles y han acentuado las situaciones de enfermedad o soledad de muchas personas.
En el caso de las mujeres y menores víctimas de la violencia de género, el estado de alarma ha significado convivir con el maltratador 24 horas al día durante varios meses. Sufrir la situación de control y dominación, que trae consigo la violencia machista, un día tras otro.
Las cifras son la radiografía perfecta de la situación de miedo y control que se ha vivido en algunos domicilios de nuestro país. Mientras que las denuncias han disminuido con respecto al año 2019, el número de llamadas al 016 ha aumentado en un 57,9%. Y el número de consultas por internet durante el confinamiento domiciliario creció, con respecto a las mismas fechas del año 2019, un 457,9%.
Las mujeres víctimas, que no podían salir de casa, han tenido al otro lado del teléfono, al otro lado de la pantalla, la ayuda y el apoyo de los servicios contra la violencia de género.
Desde MUJERES EN IGUALDAD queremos destacar en este 2020 la labor de las trabajadoras de los centros de acogida para mujeres y menores víctimas de violencia de género.
Su servicio, en el estado de alarma, ha encerrado más dificultades que los del resto. En su caso no había lugar para el teletrabajo. No han dejado de cumplir con su responsabilidad ni un solo día. Saliendo de sus casas a cumplir con su obligación laboral y siendo escrupulosas en el cumplimiento de las medidas de seguridad para que los centros de acogida fuesen lugares seguros, pero también espacios libres de Covid-19. Las trabajadoras no han dejado de acompañar a las usuarias de los centros y a sus hijos e hijas.
Una cuestión de Estado que afecta a toda la sociedad española
Ciertamente, somos una sociedad totalmente concienciada en la lucha contra la violencia machista. No partimos de cero, pero en estos meses hemos podido reconocer los avances que hemos hecho en nuestro país en las últimas décadas.
Somos un país pionero y referente en la lucha contra la violencia de género en la Unión Europea:
• por la legislación aprobada.
• por los medios destinados.
• por la formación de agentes implicados, tanto desde el ámbito de la Justicia como de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
• Y especialmente, por el nivel de sensibilización que hay en la sociedad española en relación a esta cuestión. No podemos dar un paso atrás.
Pero no es suficiente. Debemos seguir trabajando por erradicar la violencia machista. Este es nuestro objetivo.
La lucha contra la violencia de género y la defensa de la igualdad de oportunidades no es un monopolio de nadie ni de ninguna ideología. Es una convicción, un valor y un compromiso compartido por todos.
Es responsabilidad de instituciones, partidos políticos, asociaciones… En definitiva, es una cuestión de Estado que afecta a toda la sociedad española. Así lo entendimos al alcanzar, de manera conjunta, el Pacto de Estado contra la violencia de género, guía por la que debemos seguir trabajando.
Mujeres en Igualdad trabajó por el pacto, nos adherimos a él y, en este 2020, reivindicamos las medidas que en él se recogen y la unidad de la que nació para ser verdaderamente útiles a las víctimas y a toda la sociedad.
La postura de quienes no estuvieron en él no puede ni debe ser destruir aquello en lo que no participaron. Por el contrario, nunca es tarde para incorporarse a un gran acuerdo de Estado. Les invitamos a hacerlo y, de una vez por todas, saquemos de este debate la división y el enfrentamiento partidista.
No retrocedamos en el camino en el que hemos avanzado. Se debe seguir construyendo sobre lo alcanzado y no destruir lo conseguido, para, una vez más, partir de cero.
Por ello, desde Mujeres en Igualdad hacemos un llamamiento a la corresponsabilidad.
La violencia de género ya salió de la esfera íntima de una pareja para convertirse en una prioridad de la agenda política y social de España. Compartir el dolor nos lleva a compartir la responsabilidad en su erradicación.
El poder legislativo, los parlamentos, ya sean autonómicos o nacionales, deben impulsar los cambios legislativos que nos permitan eliminar los obstáculos que aún encontramos en el menor tiempo posible.
Las administraciones públicas tienen que desarrollar las medidas plasmadas en el pacto, según su ámbito de competencia, además de dotar de presupuesto suficiente a cada una de las medidas y ejecutarlo.
Las asociaciones, colaborando activamente con todos los agentes, seguiremos siendo una herramienta útil al servicio de cada uno de ellos. Sensibilizar, escuchar, estudiar, apoyar… siguen siendo labores propias del Tercer Sector en las que nos reafirmamos.
Tenemos claro el destino: las medidas que aparecen en el pacto nos marcan el camino de las reformas, de los cambios legislativos y del presupuesto que debemos desarrollar para mejorar el sistema de prevención, detección, apoyo a las víctimas y sensibilización.
Por todo ello, desde Mujeres en Igualdad manifestamos:
• IGUALDAD: expresamos nuestro más férreo compromiso para erradicar la mayor desigualdad posible, la violencia contra la mujer, por el hecho de serlo.
- 504.619 órdenes de protección desde el 1 de enero de 2007 hasta el 30 de junio de 2020.
- El número de casos activos a 30 de septiembre es de 64.205. El mayor porcentaje se encuentra entre mujeres de 31 a 45 años .
• CORRESPONSABILIDAD: Instamos a la corresponsabilidad. Cada persona tiene una función contra la violencia de género. No mires para otro lado. No te calles, actúa.
• UNIDAD: Nos comprometemos a seguir trabajando desde la unidad. No juzguemos a nadie, no pongamos en duda el compromiso de los demás y excluyamos el sectarismo en la erradicación de la violencia de género.
• RECUERDO: Recordamos a todas las mujeres y menores asesinados por la violencia machista y trasladamos nuestras condolencias a sus familias.
- 1.074 mujeres asesinadas desde 2003. Un total de 41 mujeres en 2020.
• VALENTÍA: Reconocemos a las mujeres que se han atrevido a denunciar la situación de violencia que sufrían.
- Durante el segundo trimestre de 2020, los juzgados de violencia sobre la mujer registraron un total de 34.576 denuncias.
• FORMACIÓN: Apostamos por la formación de todos los agentes implicados como una de las herramientas más útiles para actuar con las víctimas.
- El número de mujeres con protección policial (casos activos con nivel de riesgo apreciado) a 30 de septiembre de 2020 es de 32.753.
• EMPLEO: Defendemos que el empleo es un elemento esencial para que una mujer denuncie una situación de violencia. Una mujer con empleo es una mujer independiente.
- 25.288 mujeres receptoras de la renta activa de inserción (enero a septiembre 2020).
- 10.579 mujeres víctimas de violencia de género han firmado un contrato laboral desde 2003 a septiembre de 2020.
• EDUCACIÓN: Repetimos, y no nos cansaremos de hacerlo, que la educación es la llave que abre la puerta de salida de la desigualdad, especialmente entre la juventud y en el mundo digital.
• TOLERANCIA CERO: Reiteramos la tolerancia cero contra cualquier acción violenta contra las mujeres, independientemente de su intensidad. En desigualdad y violencia de género no hay grados.
• CONDENA A LOS AGRESORES: Nuestra total repulsa a los agresores. El peso de la ley debe caer sobre ellos.
- 6.398 internos cumplen condena por delitos por violencia de género.
• RESPETO, SIEMPRE RESPETO: hacemos un llamamiento a toda la sociedad para que, respetando el miedo o los distintos sentimientos de las víctimas, nos atrevamos a denunciar situaciones de violencia de género.
Nuestra voz es su LIBERTAD.