"Necesitamos visibilizar a la mujer gitana en sus múltiples facetas para derribar estereotipos y prejuicios"
8/06/2018
Entrevista/ Mari Carmen Cortés Amador (Almería, 1978) es abogada y trabaja en el área de Igualdad de la Fundación Secretariado Gitano. La organización, con casi 40 años de historia y referente a nivel europeo, presentó ayer su nueva campaña #GitanasEnEstéreo, que busca convertirse en un movimiento de apoyo y reivindicación por la igualdad de las mujeres gitanas. Su objetivo es derribar estereotipos, reivindicar la diversidad, subrayar los logros alcanzados, llamar la atención sobre la desigualdad y discriminación a la que se enfrentan muchas de ellas y hacer visible la necesidad de seguir trabajando por la igualdad de oportunidades y la defensa de sus derechos .
Cortés nos explica en esta entrevista a qué tipo de discriminaciones se enfrentan las mujeres y, lo más importante, cómo identificarlas, prevenirlas y atajarlas.
Su trabajo es 100% vocacional. Mari Carmen Cortés siempre tuvo claro que estudiaría Derecho. "Veía injusta la situación en que se encontraban las mujeres que tenía a mi alrededor y pensé que estudiar esa carrera podría contribuir a cambiarla", afirma.
- Desde hace 13 años visibilizáis la realidad cotidiana de la discriminación en informes anuales. ¿Cuál ha sido la evolución? ¿Qué ha cambiado?
Efectivamente, la FSG publica anualmente un informe de discriminación y comunidad gitana, pero los casos que mencionamos en cada ámbito nunca son “todos”, es decir, nos encontramos ante un grave problema de infradenuncia y una serie de obstáculos como, por ejemplo, la asimilación o normalización de la discriminación por parte de las personas gitanas, lo que dificulta su identificación y su posterior denuncia.
Por otro lado, es cierto que aunque se sea consciente de la situación de discriminación, el miedo a posibles represalias o el no saber dónde acudir pueden ser factores que mantengan esas situaciones sin presentar denuncia o queja. Nos parece importante destacar que, en el caso de la práctica periodística, sí ha habido una mejoría en estos años, aunque ha empeorado en otras comunicaciones no realizadas por periodistas, como ocurre en las redes sociales.
- En el informe de 2017, de un total de 202 casos, han sido identificadas 142 mujeres gitanas víctimas de discriminación racial o étnica. ¿A qué lo atribuyes: denuncian más, están más sensibilizadas, son más propensas a ser objeto de los ataques?
Desde hace más de 13 años, una de las líneas prioritarias de nuestro trabajo es la sensibilización y la información en derechos ante la discriminación racial o étnica junto a la asistencia y acompañamiento en incidentes discriminatorios de personas gitanas, hombres y mujeres. Esta labor de sensibilización y de información de derechos que desarrollamos a nivel estatal -ahora es un trabajo reforzado por las compañeras del Programa Calí en 28 ciudades- está incidiendo mucho en la importancia de visibilizar y denunciar la discriminación racial o étnica en cualquiera de los ámbitos.
Sin duda tenemos que tener presente la situación de especial vulnerabilidad que sufren muchas mujeres gitanas por su condición de ser mujeres y de ser gitanas. Específicamente, en este sentido, en el Departamento de Igualdad ayudamos a que las mujeres gitanas sepan y puedan identificar situaciones de discriminación múltiple o interseccional en las que se pueden ver afectadas.
- ¿En qué ámbitos se manifiesta esta discriminación?
Desgraciadamente, la discriminación hacia las personas gitanas se manifiesta prácticamente en todos los ámbitos: vivienda, servicios de salud, educación, servicios policiales, medios de comunicación, etc.
- ¿Y qué porcentaje de personas afectadas estimas que denuncia?
Tenemos un grave problema de infradenuncia y por ello es complicado conocer la dimensión de la discriminación, a quiénes afecta en su totalidad y los ámbitos en donde se produce. La FSG estima que sólo el 10% denuncia.
La fundación tiene conocimiento de estos incidentes discriminatorios fundamentalmente a través de su atención presencial, aunque también recibe quejas a través del correo general de la entidad. La FSG cuenta con 54 sedes a nivel estatal y desarrolla programas en distintos ámbitos.
- La FSG ha publicado este año una Guía sobre discriminación interseccional en la que analiza el caso de las mujeres gitanas. Exponéis varios casos, como el que se produce en los supermercados al ser perseguidas y vigiladas por personal de seguridad…
Estos incidentes están relacionados con la imagen negativa que tiene la gran mayoría de mujeres gitanas y que las identifica en estos espacios como ladronas. Es una de las razones por las que son perseguidas y vigiladas en los centros comerciales y supermercados desde que entran.
Evidentemente, identificamos la discriminación interseccional porque, desgraciadamente, todavía son una mayoría de mujeres quienes van a hacer la compra en comparación con los hombres gitanos.
- ¿Por qué persisten los estereotipos?
Desde la FSG consideramos que los estereotipos pueden persistir por la falta de información veraz sobre las personas gitanas y su situación actual. En la actualidad, lo que sí venimos detectando es que la mayoría social desconoce la historia del pueblo gitano en España y el conocimiento está más bien basado en generalizaciones y en una imagen negativa propiciada por los medios de comunicación (mención constante en noticias de sucesos, programas de entretenimiento que caricaturizan a las personas gitanas, etc.).
- ¿Qué tipo de asistencia prestáis a las mujeres para que puedan ejercer sus derechos?
Los principales programas que venimos desarrollando en casi toda España son el programa de Formación Profesional y Empleo Acceder (desde el año 2000), el programa de Educación Promociona (desde 2009) y el programa Calí–Por la igualdad de las mujeres gitanas (desde 2016), todos ellos cofinanciados por el Fondo Social Europeo, la administración estatal y numerosas administraciones públicas autonómicas y locales y entidades privadas.
El programa Calí aborda la desigualdad de las mujeres gitanas desde un enfoque integral. Actualmente está implantado en 28 ciudades y en él trabaja un equipo de 30 mujeres profesionales (25 de ellas gitanas).
- Apostáis por la igualdad desde la promoción de las mujeres gitanas y la prevención de la violencia de género. ¿Faltan referentes de mujeres gitanas en los medios de comunicación, publicidad e incluso en la propia comunidad?
Sí, la verdad es que necesitamos más referentes, no solo en los medios de comunicación, sino en todos los ámbitos: empleo, educación, etc. Desde la FSG lo que promovemos -y el programa Calí es un ejemplo de ello- es visibilizar a la mujer gitana en sus múltiples facetas con el objetivo de derribar y hacer frente a los estereotipos y prejuicios asociados a la mujer gitana. Además de promover y visibilizar esta diversidad, desde la FSG también insistimos en que no se deben establecer ideas y opiniones generalizadas que engloban a toda la comunidad gitana con todo lo negativo que ello conlleva. Me refiero a cuando se dice aquello de: “Todas las mujeres gitanas son…”, invisibilizando de esta manera a otras mujeres gitanas que, por ejemplo, sí trabajan, sí estudian o lo están haciendo; mujeres que apuestan por otras opciones a las tradicionalmente asociadas a la relación cultura gitana y mujer.
- ¿Cómo se aborda la prevención de la violencia machista? ¿Tenéis estadísticas sobre su incidencia?
Informando sobre los recursos y servicios públicos existentes. También trabajamos para mejorar la identificación de estas situaciones ya que, en general, uno de los principales obstáculos para hacer frente a la violencia machista es la falta de información y la falta de identificación de estas situaciones en general. Actualmente, no tenemos estadísticas sobre su incidencia.
- Uno de los escenarios donde más se propaga la intolerancia es Internet. ¿Qué problemas os encontráis para actuar en estos casos?
Principalmente, la falta de herramientas eficaces para denunciar por parte de un determinado usuario/a. En relación a la prensa y noticias publicadas en determinados periódicos, lo que hacemos es enviar cartas de queja al director solicitando su retirada o corrección. En algunas ocasiones, informamos a la Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles (FAPE) de lo que consideramos malas prácticas periodísticas, principalmente por la utilización de términos inadecuados como “clan”, "reyerta" o que cuando se menciona la etnia gitana de las personas implicadas en un determinado suceso. Mucha gente lo relaciona con el tráfico de drogas, violencia, delincuencia, etc., generando y manteniendo estereotipos y prejuicios hacia las personas gitanas.
Además de presentar estos escritos, cartas de queja, etc., lo que ofrecemos desde el departamento a determinados medios de comunicación o facultades de periodismo es desarrollar acciones de información y sensibilización sobre la comunidad gitana.
- Sois una de las entidades reconocidas como trusted flagger dentro del grupo de alto nivel de la Unión Europea. Detectáis casos de discurso de odio y solicitáis la retirada de los contenidos. En algunos casos, también eleváis los casos a la Fiscalía. ¿Cuándo se decide litigar? ¿Cómo os llegan esos contenidos?
Desde el Departamento de Igualdad y Dirección se decide litigar cuando son muy graves y entran en la categoría de delito en el Código Penal.
En la FSG contamos con varias vías a través de las cuales nos llegan estos posts: a través de las denuncias de usuarios/as de las redes sociales que nos trasladan directamente la información y nos solicitan que intervengamos, a través de nuestra propia área de comunicación y a través de nuestro propio departamento.
- ¿Crees que se adoptan suficientes medidas a nivel nacional para combatir el odio y la intolerancia? Naciones Unidas ha recomendado a España que tome medidas ante “la situación de desigualdad y discriminación de las personas gitanas”.
En España contamos con la Fiscalía de delitos de odio y discriminación, donde se podrían denunciar todas estas situaciones. Sin embargo, la mayoría de la ciudadanía y, sobre todo, los grupos de personas a las que fundamentalmente afectan estas situaciones (minorías étnicas, inmigrantes, mujeres, etc.) no conocen sus derechos ni tampoco cómo ejercerlos, tampoco conocen los mecanismos de acceso a los mismos ni la legislación aplicable. Esta situación provoca que algunas de estas personas acudan directamente a las ONG o asociaciones de referencia para relatar tales situaciones. Además, tampoco contamos con organismos que impulsen acciones informativas ni educativas sobre estas cuestiones a nivel estatal.
Desde la FSG lo que venimos haciendo es incidir en las políticas públicas sobre educación -tanto a nivel estatal como autonómico- y concienciar a través de campañas de sensibilización sobre la situación y la existencia de escuelas segregadas. El pasado 8 de abril, Día del Pueblo Gitano, lanzamos la campaña “No quiero una escuela segregada”, que ha tenido un considerable impacto poniendo en evidencia la existencia de un grave problema que no se ve o no se quiere ver.
A.G.A
Opiniones
No existen opiniones para este elemento.
Arriba
Opinión
Enviar a un amigo
Volver Atrás