María García Sánchez impartió ayer una charla al personal del Centro de Salud Puerta de Madrid, de Alcalá de Henares, sobre mutilación genital femenina (MGF), una práctica especialmente dañina para la salud física, psicológica, sexual y reproductiva de las mujeres y las niñas. Implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos e, internacionalmente, es reconocida como una violación de los derechos humanos, de acuerdo con la definición de Naciones Unidas, que calcula que alrededor de 68 millones de niñas en todo el mundo están en riesgo de sufrirla para 2030.
La responsable de programas de Mujeres en Igualdad presentó, además, el protocolo nacional y autonómico de prevención e intervención. El Protocolo Común Sanitario responde de forma específica a la medida 185 de la Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer 2013-2016. Su objetivo es convertirse en una herramienta básica para la sensibilización y formación de profesionales en la lucha contra la MGF y orientar actuaciones homogéneas en el conjunto del Sistema Nacional de Salud que permitan mejorar la salud de las mujeres y niñas a las que ha sido practicada, así como trabajar en la prevención y detección del riesgo de su práctica cuando, por su contexto familiar, estén en una situación de especial vulnerabilidad.
¿SABÍAS QUE?
- En España, el personal sanitario tiene la obligación legal de poner en conocimiento de la autoridad judicial la posible existencia de un hecho delictivo.
- La mutilación genital, en cualquiera de sus formas, es un delito de lesiones y el plazo para poder perseguir penalmente es de 15 años desde que se hubiera practicado.
- Aunque es ilegal en la Unión Europea, se estima que alrededor de 600.000 mujeres que viven en Europa han sido sometidas a la MGF -algunos Estados miembros incluyen en el cálculo las intervenciones que se realizan fuera del país-, y otras 180.000 niñas corren un alto riesgo en 13 países europeos.
- El Parlamento Europeo mantiene un fuerte compromiso para ayudar a eliminar la mutilación genital femenina en todo el mundo. El 12 de febrero aprobó una nueva resolución que pide a la Comisión Europea que incluya medidas para poner fin a la MGF en su nueva Estrategia de igualdad de género de la UE y que apoye a las supervivientes.
- En 2019, The Restores, un grupo de cinco estudiantes de Kenia que desarrollaron una aplicación para ayudar a las niñas a hacer frente a la mutilación genital femenina estuvieron nominadas al Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia. Su nominación dio visibilidad a esta lucha y subrayó la importancia de que sean las propias jóvenes las que desempeñen un papel en sus comunidades.
En el ámbito autonómico, son diversas las Comunidades Autónomas que han incluido la MGF o bien en sus normas relativas a la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y contra la violencia sobre la mujer o bien en su legislación en materia de infancia. Compartimos la Guía de actuaciones sanitarias para la prevención de la MGF en la Comunidad de Madrid (2017).
Recomendaciones en la actuación profesional
Debido a que la MGF ocasiona múltiples consecuencias perjudiciales para la salud de las mujeres y las niñas que son sometidas a esta práctica, los profesionales sanitarios deben estar especialmente implicados en su prevención. Las características de la Atención Primaria (accesibilidad, atención integral y continuada, intervención comunitaria e intersectorial) contribuyen al establecimiento de relaciones de confianza con las familias a lo largo del tiempo, lo que la convierten en un ámbito clave para la prevención y detección de la MGF.
En el abordaje de la MGF ha de tenerse en cuenta la complejidad del problema dado el entorno social y cultural en el que se desarrolla, siendo fundamental que el personal sanitario adopte un rol facilitador, de ayuda y apoyo, en un ambiente respetuoso y de confianza que garantice la universalidad y la continuidad de todas las intervenciones terapéuticas y de prevención.
Un punto fundamental que no se debe olvidar es que la mayoría de las familias que practican la MGF a sus hijas lo hace pensando que es beneficioso para ellas, por lo que es importante lograr empatía con la familia y adoptar una actitud asertiva, manteniendo con firmeza los argumentos con respecto a las consecuencias negativas que supone su realización.
A la hora de intervenir sobre el problema, tanto desde el ámbito de la prevención como de la atención a las mujeres y niñas, los profesionales han de conocer las razones que sustentan la realización de la práctica y tener argumentos para conversar con las familias e intentar desmontar los motivos por los que se realiza.
“¿Qué diríamos si esta fuera nuestra madre, nuestra hermana, nuestra esposa, nuestras primas? [...] Tenemos que ser la voz de aquellas mujeres que no pueden hablar por sí mismas ".
Actividad enmarcada en el programa Programa CUIDAT+