La mayor incorporación de la mujer al mundo del trabajo en las últimas décadas no ha ido de la mano de una disminución de las brechas salariales y de calidad de los empleos en América Latina, según un estudio difundido hoy por la ONU.
"A pesar de la masiva incorporación femenina a la fuerza de trabajo en las últimas décadas en el continente, persisten las brechas de género y el trabajo precario sigue siendo principalmente femenino", indica el informe, realizado por cinco agencias de Naciones Unidas.
"Las desigualdades son consecuencia directa de las perspectivas tradicionales sobre el lugar y el papel que deben ocupar las mujeres en la sociedad, basadas en prejuicios y discriminaciones", agrega.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ONU Mujeres han realizado el estudio sobre la calidad del trabajo femenino en la región.
El informe ofrece una serie de recomendaciones para reducir las desigualdades de género presentes en prácticamente todos los países latinoamericanos.
Entre otras cosas, señala que si quiere abordar eficazmente la desigualdad se requiere concentrar esfuerzos y recursos en planes públicos orientados a las mujeres, "pues son ellas las más vulnerables a la pobreza, quienes reciben los salarios más bajos y que, a la vez, los destinan en mayor medida al bienestar familiar".
También señala la necesidad de crear "un entorno social en el trabajo que contribuya a prevenir la discriminación contra las mujeres, proteger los derechos de las mujeres migrantes y mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras del hogar", entre otras medidas.