"Por y para las madres" artículo de Mujeres en Igualdad de Pinto

ARTÍCULO DE MUJERES EN IGUALDAD DE PINTO

Por y para las madres

Desde nuestra Asociación, queremos poner nuestro foco de atención en la maternidad.

La palabra madre proviene de la palabra latina “mater”, su significado en origen, la mujer que ha concebido o ha parido uno o más hijos, o la mujer en relación con sus hijos. Pero hoy en día su significado es mucho más amplio, pues una mujer puede ser madre sin ser gestante, que puede sentirse y ser madre, de quienes no son sus hijos naturales, también las madres-abuelas, a las que la vida les da una segunda maternidad, y esas madres que no pueden abrazar a sus hijos, porque la vida, el destino o la propia naturaleza, o todas ellas a la vez, quieren arrebatarle esta oportunidad, pero el recuerdo de ese hijo le acompañará para siempre. Porque a las mujeres, a veces la maternidad se nos pone delante sin apenas buscarla, y otras veces, se vuelve la más deseada.

No sé si se nace siendo madre o se aprende a serlo, y supongo que hay algo de ambos aspectos en esta poética de la maternidad. Cuando pensamos en una madre, pensamos en fortaleza, en cariño, en seguridad, en educación, y por encima de todo en amor incondicional. Porque a una madre nada le puede doler más que el dolor infligido a sus hijos, pues este está por encima del propio dolor. Y, cuando una madre pierde un hijo, pierde una parte de sí misma, y debe aprender a vivir con esta parte que le falta, con todo el dolor que eso conlleva.

El reto de la maternidad es, sin duda alguna, un reto a afrontar por toda la sociedad en su conjunto, es un hecho que la natalidad en España está descendiendo año tras año, y este descenso es aún más acusado en provincias como Ávila, donde el reemplazo generacional es cada vez menor, siendo la tasa de natalidad en 2020 de 5,6 nacimientos por cada 1000 habitantes.

Este descenso es un síntoma común con muchos países desarrollados, que en mayor o menor medida han visto como sus cifras de natalidad descienden continuamente, mientras que, paradójicamente, la población mundial aumenta. Este aumento de población mundial proviene de países pobres, en los que las mujeres tienen entre 4 y 5 hijos, mientras que en España la tasa de fecundidad ha sido de 1,19 hijos por mujer en el 2020, según datos del INE. El reemplazo generacional es una tarea pendiente y las tasas de natalidad no llegan a asegurar que este reemplazo se produzca. Pero las políticas cada vez tardan más en llegar y no son, en la mayoría de los casos, políticas a largo plazo que solucionen un problema que se veía venir. Y digo que se veía venir porque para atajar este problema deberíamos remontarnos unos 20 años atrás, pero eso son cinco legislaturas, así que es mucho valorar.

Son múltiples y variadas las causas que hay detrás de este descenso en los nacimientos, entre otros, la incorporación de la mujer al mercado laboral, la dificultad de conciliar vida profesional y familiar, el aplazar la maternidad hasta edades avanzadas, y los cambios en la mentalidad de las nuevas generaciones en las que, tener un hijo, supone una carga añadida a los múltiples problemas que deben afrontar.

Realmente es difícil saber cuál de estas causas tiene más peso en este descenso de la natalidad, pero lo cierto es que si comparamos a España con los países de su entorno, podemos ver que nos encontramos por detrás de ellos en muchas de las políticas y ayudas económicas destinadas a fomentar la natalidad. Por lo que podemos afirmar que no estamos haciendo los deberes para intentar mejorar esta situación.

Centrémonos en los datos, mientras que en España la baja por maternidad es de 16 semanas para ambos progenitores, en países como Suecia, que en Europa es la que regula mejores condiciones, sería de 16 meses, a repartir entre ambos progenitores. Tampoco es cuestión de irnos a los extremos, pero mientras la OMS recomiende mantener la lactancia materna hasta los seis meses de edad, sería necesario contar con una baja maternal que como mínimo cubriera este tiempo de lactancia.  

Otro aspecto importante serían las ayudas económicas por cuidado de hijo, y aquí también tenemos opción de mejora, pues, mientras en la Unión Europea la media de ayudas destinadas a prestaciones sociales a las familias es del 2,2 % del PIB, en España tan sólo se destina un 1,3% del PIB. En la cabeza de estas ayudas tendríamos a países como Francia, Dinamarca o Finlandia, que destinan alrededor de un 4% de su PIB a estas ayudas. Y son precisamente los países del norte de Europa y Francia, los que presentan las tasas de fecundidad más altas, en niveles muy próximos a los que garantizarían el reemplazo generacional.

Para las mujeres cada vez es más complicado afrontar la decisión de ser madres, en la mayor parte de las ocasiones anteponemos nuestra vida profesional y aplazamos la maternidad hasta tener una cierta estabilidad económica y emocional, circunstancia cada vez más difícil de conseguir. Según datos del año 2020, en Ávila, las mujeres tenemos nuestro primer hijo de media a los 31,16 años.

Pero, aplazar este momento, supone enfrentarnos a otros problemas, pues los riesgos asociados al embarazo son mayores cuanto mayor es la edad de la madre gestante, y los problemas de fertilidad una vez progresamos en nuestra edad reproductiva también se agravan. Así que, muchas veces, el retrasar la maternidad a edades avanzadas, aumenta el apremio por concebir, aparecen los problemas de fertilidad, los abortos recurrentes, y la presión que tanto el entorno más cercano como la misma madre experimenta hacia sí misma.

Por tanto, desde la Asociación, consideramos que la maternidad es una cuestión no sólo de las madres gestantes, sino de la sociedad en su conjunto, por eso es necesaria una implicación por parte de los poderes públicos, y demás agentes económicos y sociales, que permita que la decisión de ser madre no dependa tanto de un entorno laboral y económico hostil, que suponga una renuncia, porque la maternidad es un bien común y las madres o futuras madres no pueden ver condicionada su decisión por factores ajenos al propio deseo de ser madres.

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