Susana Camarero, Presidenta de Mujeres en Igualdad, participaba el pasado jueves, 24 de noviembre, en unas jornadas online organizadas por CSIF en una ponencia bajo el nombre: "Prevención de la Violencia de Género en Jóvenes y Adolescentes" con motivo de la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
A lo largo de su exposición, la Presidenta de la asociación nacional, quiso poner de relieve que la Violencia de Género es una de las mayores desigualdades que existen.
Se mostró muy preocupada por los números de asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas a lo largo de este año, que ya superan los del año pasado en estas mismas fechas, y que nos dejan un total de 38 mujeres asesinadas, 2 menores asesinados a manos de sus padres y 24 huérfanos por esta sinrazón.
Además, destacó la figura de los niños, los más vulnerables en estos casos. El domingo anterior, habíamos celebrado el Día Internacional de la Infancia, y quiso recordar que en el año 2004 se aprobaba, con el consenso de todos los partidos políticos la Ley Integral de Protección de la Infancia.
Hasta el año 2015 no se consiguió que los menores fueran consideracos como víctimas de Violencia de Género, tras 11 años de vacío desde la aprobación de la Ley Integral de la Infancia, en aquel momento, Susana Camarero era Secretaria de Estado de Igualdad. Hoy día no entenderíamos que no fueran considerados víctimas de Violencia de Género.
En ese mismo año, una macroencuesta nos mostraba que determinados chicos y chicas consideraban razonable ciertos actos de control dentro de las relaciones de pareja, o que incluso los celos eran actos de amor.
A raíz de esa macroencuesta se comenzaron a realizar en España campañas obligatorias de sensibilización entre los más jóvenes. El resultado fue que muchas madres e hijas o amigas que sufrían esos casos, hasta ese momento no consideraban que hubieran sido posibles víctimas de Violencia de Género.
La Presidenta de Mujeres en Igualdad ha querido poner de relieve la importancia de la necesidad de hablar con los y las jóvenes sobre las realziones sanas y darles la confianza suficiente para que pidan ayuda ya que de esto se sale.
La educación, la formación y la sensibilización son claves. Pero no podemos dejar todo en manos de los colegios. Tenemos que implicarnos en las vidas de nuestros hijos e hijas y enseñarles a relacionarse en igualdad.