La Universidad de Barcelona (UB) tendrá un protocolo para la prevención, detección y actuación en contra del acoso sexual tras conocerse el caso de un catedrático de Sociología de la Facultad de Economía que presuntamente acosó a varios alumnos.
El nuevo protocolo prevé sanciones de expulsión de los acosadores, ya sean docentes o personal de administración y servicios.
La Universidad ha admitido que no puede apartar de las clases al catedrático porque los hechos han prescrito, pese a los indicios de delito constatados por la propia universidad y también por la Fiscalía de Barcelona. Los hechos denunciados se habían producido en el curso 2007-2008, por lo que habían prescrito ya a nivel administrativo, al haber pasado los tres años que marca la normativa para ello.
Según los estudiantes afectados, el profesor intentaba quedar con ellos proponiendo encuentros a través de correos electrónicos de contenido sexual e incluso en clase con la excusa de hablar sobre la vida académica, lo que logró en algunos casos, y llegó a citar a algún alumno en su casa, donde le hizo "masajes chinos" hasta el que el estudiante le detuvo porque le realizó un tocamiento, según su relato.
Este universitario, que acabó abandonando la carrera que ahora ha retomado, ha dicho que el profesor se le presentó como "un mentor" y le hacía creer que era especial, en un momento en el que tenía baja autoestima y que el curso le iba muy mal.
Otra alumna relató que, cuando llevó el caso a la comisión de igualdad -ya no lo tenía como profesor- y trascendió su nombre, el catedrático utilizó su fuerza para influir en los resultados del máster de la joven: "Yo, que era de sacar muy buenas notas, empecé a sacar cincos".
Otro de los afectados, a quien también propuso una sesión de masajes, señaló que, además de indignación y asco, se sintió como "un trozo de carne" al recibir esos correos.