Rosario Weiss Zorrilla
Rosario Weiss (Madrid, 2-10-1814 / 31-7-1843) fue hija de Leocadia Zorrilla, ama de llaves de Goya desde 1815. El pintor aragonés la instruyó en el dibujo desde niña también recibió formación del arquitecto Tiburcio Pérez Cuervo –al menos entre mayo y septiembre de 1824– con quien empezó a emplear el difumino y la tinta china. Su familia vivirán instalados en el domicilio de Goya en Burdeos, hasta la muerte del artista el 16 de abril de 1828.
En la ciudad francesa –destacado asentamiento del exilio liberal español– continuó Rosario con las enseñanzas del pintor pasando después a la escuela pública regentada por Pierre Lacour (1778-1859), donde recibió una instrucción más académica.
En julio de 1833 la familia regresó a Madrid –tras la amnistía política decretada el año anterior– donde Rosario trabajó temporalmente como copista en el Museo del Prado, en la Academia de San Fernando y en alguna colección privada (duquesa de San Fernando); también se dedicó a la miniatura, al pequeño retrato y a la litografía, con la que se grabaron sus retratos de Mesonero Romanos, Zorrilla, Espronceda o Larra. Participó en las exposiciones anuales de la Academia de San Fernando (entre 1834 y 1842), institución que la honró –el 21 de junio de 1840– con el título de Académica de mérito por la pintura; un año después, su obra El Silencio obtuvo una medalla de plata en la exposición organizada por la Société Philomatique de Burdeos. También fue socia, desde 1837, del Liceo Artístico y Literario de Madrid, entidad en la que participó de forma muy activa tanto en las sesiones de competencia artística que se celebraban los jueves –donde hizo numerosos retratos– como en las exposiciones celebradas en 1837, 1838 y 1839 (póstumamente también en las de 1844 y 1846). Apoyada por el círculo liberal, el 18 de enero de 1842 recibió su máximo reconocimiento profesional al ser nombrada maestra de dibujo de Isabel II y de su hermana la infanta Luisa Fernanda, con un sueldo de 8.000 reales y con el fin de que aprendieran “lo que sea necesario para perfeccionar el sentido de la vista, para dar hermosura y delicadeza a las labores finas de su sexo, cuando quieran ocuparse de ellas, y también para distinguir acertadamente el mérito de las obras de arte”, empleo que desempeñó poco tiempo al fallecer de forma inesperada –de cólera el 31 de julio de 1843.
Opiniones
No existen opiniones para este elemento.
Arriba
Opinión
Enviar a un amigo
Volver Atrás