Sara Navarro: "Como empresarias, tenemos la responsabilidad de liderar un cambio de mentalidad y, sobre todo, de ayudarnos entre nosotras para hacer más fuerza"
Iniciamos nuestro ciclo de entrevistas a mujeres emprendedoras con Sara Navarro, mujer referente en España en innovación y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes
14/03/2019
ENTREVISTA- Mujer Empresaria del año 2002 (Fedepe), Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Estrella de Plata de la Comunidad de Madrid... La diseñadora de calzado Sara Navarro es un referente para las mujeres emprendedoras en España. Pasó de diseñadora en la empresa familiar a crear su propia línea de calzado -reconocida internacionalmente como referencia de excelencia- y ha recibido numerosos premios que avalan su trayectoria profesional pero, además, trabaja día a día por el fomento de la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral a través de la asociación que preside, AMMDE.
Navarro protagoniza nuestro primer encuentro del ciclo de entrevistas del Programa Fomento de la cultura emprendedora en mujeres jóvenes. Nuestro objetivo es visibilizar el talento empresarial femenino porque es clave para ayudar a impulsarlo, sobre todo entre las generaciones más jóvenes. Así lo entiende también Navarro: "soy muy partidaria de la educación en el emprendimiento desde la etapa escolar. El plan de negocios es la asignatura pendiente de los colegios. Estoy convencida de que tanto niñas como niños son muy receptivos a aprender y valerse por sí mismos desde muy temprana edad. Si se fomentara esta cultura tendríamos un país con muchas personas emprendedoras, ya que España, junto a Italia, tienen el mayor índice de Europa de creatividad y menores superdotados".
Ella misma es un ejemplo de formación y continuo aprendizaje interdisciplinar. Tras estudiar Psicología se especializó en Psicología Clínica e Industrial y compaginó estos estudios con el arte y los idiomas. Después se marchó a Milán para realizar un curso específico de diseño para calzado y un Máster Internacional de Moda en la Domus Academy, bajo la dirección de Jean Franco Ferré.
"Con mi incorporación a la empresa familiar vi la necesidad de formarme en el mundo empresarial y cursé un Máster de Dirección General de Empresa en la EOI de Madrid. Desde muy joven me especialicé en idiomas, estudiando en Francia e Inglaterra porque tenía muy claro que debíamos exportar y vender en otros países", afirma. Sara pertenece a la tercera generación de una familia de artesanos e industriales del calzado. Podría haber apostado por dar continuidad al taller, pero apostó por la vanguardia y por revolucionar el sector de la piel.
Ahora, reconoce, "es fundamental el conocimiento del funcionamiento tecnológico y el bilingüismo".
- ¿Cuáles crees que son los principales obstáculos/trabas que las mujeres encuentran en el mundo laboral y empresarial?
La falta de autoestima y de solidaridad son factores muy determinantes, pero todavía hay muchas barreras para las mujeres en el ámbito laboral y empresarial. La primera de todas es el pensamiento limitante que nos impide creer en nosotras mismas. Tiene que ver con la autoestima y con la propia seguridad. Es una herencia cultural transmitida por el subconsciente colectivo y, una vez que se supera, no tenemos límites.
Creo que es muy importante destacar la corresponsabilidad. Es fundamental que los hombres se involucren. Las mujeres seguimos dedicando mucho más tiempo que los hombres a tareas domésticas y a cuidados (de menores o de personas mayores). Esto no puede seguir así.
- La asociación que presides, AMMDE, persigue visibilizar el talento femenino y construir e identificar herramientas de empoderamiento. ¿Cuáles son estas herramientas?
Sobre todo el diálogo y el compartir experiencias e inquietudes. Como dice Yuval Noah Harari en su libro 'Sapiens', la fuerza de las historias compartidas es la que nos da la capacidad para colaborar y conseguir objetivos. Todos los meses tenemos, al menos, un encuentro y en estas charlas compartimos aquello que las socias identifican como barrera o dificultad, lo ponemos en común y buscamos ideas y soluciones.
También es bueno aprender de otras organizaciones o de otros países las buenas prácticas que han llevado a cabo y que les han dado muy buenos resultados, como las medidas de transparencia salarial, o la obligatoriedad de disfrutar de los permisos de paternidad.
En AMMDE actualmente son algo más de 300 socias que comprenden un espectro muy amplio de sectores y perfiles, desde altas directivas y ejecutivas, hasta empresarias, emprendedoras y profesionales. "Cuanta más variedad, mejor para la organización, y mejores frutos obtenemos de la inteligencia colectiva", sostiene la diseñadora.
Ella desarrolla, a través de SarahWorld, dos líneas complementarias de calzado: Sara Navarro Zapatos Perfumados y SarahWorld Eco-Cool/Eco-Chic, diseños urbanos con espíritu green friendly y un compromiso con el planeta, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. A su juicio, "la mentalidad de las empresas es cada vez mayor en la consecución hacia esos valores. Desde el principio de mi carrera opté por la sostenibilidad y la solidaridad".
- Muchas de las jóvenes emprendedoras se enfrentan al aislamiento y la soledad. Asociaciones como AMMDE contribuyen a tejer redes y compartir conocimiento, ¿qué les recomendarías para poder crecer?
Como empresarias, tenemos la responsabilidad de liderar un cambio de mentalidad y, sobre todo, de ayudarnos entre nosotras para hacer más fuerza. El women-to-women mentorig es una herramienta clave para nosotras. Mi consejo es no dejarse llevar por esa falacia ubicua del “persigue tu sueño”… Montar una empresa no es un cuento de hadas, debes tener un plan de negocios realista, diseñar un plan B o C, establecer una estrategia clara de recursos financieros, monitorizar y revisar continuamente el progreso del proyecto, dedicarle muchas horas al día y dejarse la piel… Si sientes auténtica pasión por lo que haces, adelante.
- Según un informe de GEM España sobre Emprendimiento Femenino, las mujeres españolas reciben pocas ayudas para poner en marcha una empresa y tienen menos expectativas de crecimiento e internacionalización que las emprendedoras europeas. ¿Compartes la sensación?
Con la crisis de 2008, muchas más mujeres se lanzaron a emprender y, lo que han indicado las estadísticas años después, es que los proyectos de las emprendedoras son más duraderos, tienen un menor índice de mortalidad. Lo cierto es que las mujeres somos mejores evaluando riesgos y más cautelosas en la toma de decisiones.
Hay muchas iniciativas desde la Administración, como el PAEM de la Cámara de Comercio y el Instituto de la Mujer, o programas de autoempleo desde la Comunidad de Madrid, muchas ayudas en formación para el emprendimiento, etc. Lo que sí sería necesario, tal vez, es que las Administraciones Públicas lo comunicaran mejor. Respecto al ejemplo de otros países, sorpresivamente los dos países que encabezan el ranking del emprendimiento femenino son Uganda y Botsuana. España está en el noveno puesto, con el 30,8% de negocios dirigidos por mujeres respecto al total.
- Destacas la importancia de contar con un plan de negocios realista. ¿Cuáles son los errores más frecuentes a la hora de emprender y cómo se podrían atajar?
Soy muy partidaria de la educación en el emprendimiento desde la etapa escolar. De ese modo se conocerían las bases fundamentales para crear un negocio de éxito, donde los costes, márgenes, calidad del producto, tecnología, innovación, creatividad y capacidad de reacción ante los cambios en los hábitos de consumo son fundamentales para el buen desarrollo de una empresa.
- En un entorno cada vez más glocal (global+local), ¿en qué casos apuestas por la internacionalización? ¿Cuáles son los mercados más pujantes en estos momentos?
En un momento que es único en la historia, por los bajos costes que supone la internacionalización de las ventas de los productos, así como su conocimiento en los mercados exteriores debido a la digitalización comercial, no cabe hablar de mercado local salvo en productos muy efímeros de consumo diario. La apuesta de las empresas debe de ser siempre global y abierta a consumidores de todos los países.
En cuanto a los mercados más pujantes, depende del tipo del producto. Si hablamos de calzado son importantes los mercados emergentes como China, pero también lo son los tradicionales como nuestro país vecino Francia, que sigue siendo uno de los mayores consumidores de calzado español. Aunque los países emergentes como China son grandes consumidores de todo tipo de productos y, de España, tiene especial demanda el sector alimenticio.
- ¿Apuestas por la segunda oportunidad? En España se suele penalizar, a diferencia de otros países donde se recoge en el CV como ejemplo de superación…
Si, estoy de acuerdo y apoyo la valoración que se hace en EEUU del fracaso, que no se considera como tal, siino como una experiencia que ayuda a superar lo que salió mal y encontrar las soluciones para que no se vuelva a repetir.
- ¿Se aprende más de los fracasos o de los éxitos?
Se aprende de todo, pero el fracaso hay que entenderlo como un aprendizaje. Una de las frases que más me ha ayudado en la vida, me la repetía constantemente mi padre: “Lo que pierdes por lo que aprendes”.
- Muchas mujeres sufren lo que se conoce como el síndrome del impostor. ¿Cómo se puede afianzar su confianza, especialmente la de aquellas que desean emprender?
Precisamente creando redes de mujeres conectadas, que se apoyan y comparten experiencias no sólo de éxito, sino de resiliencia. Cuando pones en valor tu trayectoria global, la comparas y tomas conciencia, se cae ese “velo impostor” que nos hace creer en la suerte en detrimento de nuestro talento y habilidades.
- ¿Nos frenan o nos frenamos?
Es una mezcla de las dos cosas. En este sentido, creo que son de la máxima importancia los role models, sobre todo para las niñas, y especialmente en el ámbito STEM. Las mujeres referentes de las que podemos tomar ejemplo e inspiración son un motor muy potente para nuestra labor por la igualdad. Por eso desde AMMDE trabajamos también en darles visibilidad.
- ¿Apuestas por las cuotas en los consejos de administración de las empresas?
Es un tema que genera controversia, pero decididamente creemos que las cuotas, por el momento, son una herramienta necesaria. Siempre sale la manida objeción de que se coloquen mujeres en puestos de responsabilidad simplemente por cumplir con esa cuota, dudando de la valía o el talento de esas mujeres. Pero la propia realidad desmonta ese mito; en primer lugar porque las organizaciones purgan de manera natural a quienes no ofrecen rendimiento ni resultados. Y en segundo lugar, porque está demostrado desde hace tiempo que las empresas balanceadas en todos los niveles arrojan una performance muy superior a la media.
- ¿Qué importancia das a la conciliación/horarios racionales? ¿Son posibles cuando estás al frente de una empresa? ¿Seguimos renunciando a más cosas las mujeres?
Estas preguntas nunca se las hacen a los hombres, ¿verdad…? Me da mucha rabia, y es que la respuesta es obvia. Por supuesto que es muy importante la conciliación, tanto para una mujer divorciada con dos hijos como para una soltera sin carga familiar o para un hombre casado sin hijos o con hijos… No podemos ponerle etiquetas a la conciliación, y como también he comentado antes, es imprescindible la corresponsabilidad en las tareas domésticas y familiares. Los horarios racionales y flexibles han demostrado, siempre que se han puesto en práctica, que aumentan la motivación y la productividad, por lo que no se entiende que no se apliquen ya masivamente. En cuanto a lo que tienen que renunciar las mujeres en lo profesional, es evidente que de momento mucho más que los hombres. No estamos tan mal como Japón, pero a medida que vayamos contando con más hombres comprometidos con la igualdad y se vayan eliminando las masculinidades tóxicas, las mujeres podremos tener más maniobrabilidad en el ámbito profesional y empresarial, la misma que tienen ellos. También es importante que se elimine, en este sentido, la brecha salarial.
¿Qué haría Sara Navarro si pudiera echar la vista atrás y cambiar algo? "Perseguiría más mis sueños, no me dejaría influir tanto por la responsabilidad y presión familiar y de la empresa".
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