Trinidad Moreno: “Los empresarios siguen viendo a la mujer como un enemigo para sus negocios”

LACALLEDECORDOBA.COM-12/04/2010

La ineficacia para alcanzar la igualdad de sexos que están teniendo las “absurdas campañas” institucionales y el escaso apoyo legislativo requieren, según Moreno, de la implicación del hombre y de una apuesta por la formación

Trinidad Moreno, Presidenta de la Asociación Mujeres en Igualdad de Córdoba 

La Ley de Igualdad sentó las bases para el fin de la discriminación social y laboral de la mujer y sin embargo, tres años después de su aprobación, aún son muchas las féminas que sufren el que sus circunstancias familiares sean un condicionante a la hora de acceder a un puesto de trabajo. Aunque para la presidenta de la Asociación Mujeres en Igualdad de Córdoba, Trinidad Moreno, el principal inconveniente sigue siendo el que “los hombres aún no hayan aceptado la función social de la mujer”, el auténtico y verdadero impedimento para el ascenso social de éstas se encuentra en el “derroche de dinero público” que las instituciones destinan a las políticas de igualdad. En su opinión, mientras las mujeres tengan que seguir demostrando que “son capaces, no estaremos haciendo nada por avanzar”.

- El balance laboral de la mujer continua siendo preocupante. Trabajos temporales, precarios y en cargos auxiliares. ¿Qué ocurre?

-La realidad sigue siendo muy lamentable, y lo más preocupante es que se sigan dando historias de mujeres que tras muchos años trabajando en una empresa empiezan a sufrir inconvenientes por parte de sus jefes cuando se quedan embarazadas. Además, por desgracia, sigue existiendo ese miedo a denunciar una discriminación tan fuerte como ésta. Es muy complicado. Las discriminaciones siguen existiendo y muy especialmente en lo referente al salario y a la ocupación de puestos de responsabilidad. El hombre no ha aceptado la función social de la mujer, y hasta que los hombres no pongan su granito de arena nosotras no podremos conseguir la igualdad, por muchas leyes y muchos planes que haya. 

- Entonces, ¿es imprescindible el apoyo de los hombres?

- Pienso que sí. La presencia de hombres en las manifestaciones en contra de la violencia de género es mínima y estoy totalmente convencida de que la gran mayoría de ellos está en contra del maltrato y sin embargo, no se les percibe implicación para acabar con ella. De igual forma, ocurre con la conciliación familiar. Si bien, creo que también es muy importante hablar de corresponsabilidad y que dejemos a los hombres que asuman responsabilidades que han sido nuestras hasta ahora.

- Los países que presiden la Unión Europea hasta 2011 se han propuesto alcanzar el 70 por ciento de la tasa de empleo femenino para 2020 y reducir la brecha salarial. ¿Ve factible que se alcancen dichos objetivos en Córdoba?

- Por desgracia lo vemos muy difícil. Cuando hablas con economistas y empresarios lo único que dicen es que la igualdad laboral del hombre y la mujer no es cuestión ni de dos ni de tres años. Sin embargo, somos muchas las mujeres que tenemos incertidumbre hacia cómo nos vamos a ver en un futuro sabiendo que las perspectivas no son nada alagüeñas. Por desgracia aún se sigue dando que una mujer vaya a una entrevista de trabajo y una de las primeras cosas que le pregunten sea si está casada, tiene hijos o si tiene cargas familiares. Lo fundamental es que el trabajador tenga las cualidades y capacidades que requiere el empleo y el resto de circunstancias familiares no deberían ser un condicionante. 

- La empresa privada está siendo muy reticente a la hora de aplicar los planes y estrategias de igualdad a los que los obliga la Ley. ¿Qué falta implicación empresarial o recursos?

- Las leyes están muy bien y en concreto, la Ley para la Igualdad fue aprobada con consenso político y social. Sin embargo, hace falta dotación presupuestaria suficiente porque por muchos planes que organicen y pongan en pie no servirán de nada si no hay un apoyo. Por otro lado, aunque es cierto que una parte de los empresarios está muy reticente a apoyar la incorporación de la mujer al trabajo y no tiene en cuenta las circunstancias familiares de éstas para ello, aquí volvemos al problema de concienciación del hombre. Hasta que éste no se implique en alcanzar la igualdad y así lo recojan las leyes, los empresarios seguirán viendo a las mujeres como un enemigo para su empresa porque no le va a producir lo mismo que un hombre. Mientras esto no se consiga no estaremos haciendo nada. 

- ¿Qué echa en falta en las políticas de Igualdad que se están llevando acabo?

- Mira, mientras siga habiendo ayuntamientos que, como el de Segovia, imparten cursos para enseñar a las niñas de trece años a ligar, seguirán haciendo falta políticas reales. Ideas como éstas son una barbaridad. Esto no es lo que pretendemos todos los colectivos que luchamos porque las mujeres alcancemos el lugar que nos corresponde en la sociedad. Se está tirando mucho dinero en cosas como éstas mientras las mujeres siguen teniendo necesidades enormes, sobre todo en formación. Otro ejemplo es la cantidad de presupuesto que la Junta de Andalucía ha invertido en la campaña del lenguaje no sexista. Nosotras no somos miembras de nada, y ese dinero que se gasta en campañas absurdas sería mucho más útil en otros ámbitos. 

- ¿Qué alternativas propone?

- Que se deje de gastar dinero en tonterías y se apueste por la formación real y eficaz para las mujeres que no la han tenido.

 - ¿Cree que la discriminación positiva es necesaria?

- En general, no. Estaríamos cometiendo el mismo error que han cometido los hombres con nosotras, discriminarlos a ellos por razón de sexo. Considero un error el hecho de que algo tan fundamental como una convocatoria para recibir una subvención de la Junta para organizar cursos de formación como asociación de mujeres, nos obligue a centrarlos sólo en el colectivo femenino. Ésta es una forma de discriminación también y creemos que ellos podrían participar juntos sin ningún problema. Tenemos que buscar esa igualdad pero con los hombres, sin odios ni enfrentamientos, demostrar que la igualdad es real y es posible, que hay mujeres que han alcanzado puestos tradicionalmente ocupados por hombres y hombres que asumen puestos de mujer. 

- ¿Cómo ve las generaciones que vienen en cuanto a su visión de la mujer?

- Pues precisamente es por los colegios por dónde hay que empezar a educar en igualdad y sin embargo, da incluso miedo escuchar a determinados jóvenes hablar de las chicas de su misma edad y comprobar que no se está haciendo nada por terminar con la discriminación que muchas mujeres. En lugar de esas campañas y esos cursos sobre masturbación o ligues, en lo que se tendría que centrar los esfuerzos es en enseñar a los niños y a las niñas, a través de una asignatura especifica, valores de igualdad.

 - ¿Cómo valora el mapa de recursos con el que la Ley Integral contra la Violencia de Género está protegiendo a las víctimas?

- Es evidente que algo está fallando. Aún no hemos podido encontrar dónde está el error y pese a que muchas de las medidas son positivas en lo que no hemos conseguido incidir es en que el número de víctimas descienda.  

- ¿Hacia dónde se deberían enfocar mayores esfuerzos?

-Es fundamental que nos centremos en la concienciación. Todavía hay mucha gente que escucha una discusión de pareja y ni tan siquiera es capaz de levantar el teléfono y llamar a la policía. Tenemos miedo.  

- Y, ¿cómo cree que repercute el que estén aflorando las denuncias falsas?

- Por desgracia es cierto que también las hay y aunque perjudica a los hombres, lo más preocupante es que también está afectando a las mujeres. Hay muchas que están sufriendo malos tratos y las que denuncian algo que no existe, no están haciendo ningún favor a las auténticas víctimas. 

- Cada vez son más los hombres que reclaman tener acceso a la custodia de sus hijos y critican que los jueces sigan favoreciendo a las mujeres. ¿Hace falta impulsar esfuerzos positivos para los hombres?

- Creo que ni todos los hombres son malos ni todas las mujeres somos buenas. Lo que hace falta es una Justicia realmente justa que sepa reconocer qué padre o qué madre está capacitado para cuidar a sus hijos y cual no lo está. 

- ¿Qué perfil de mujer considera en este momento especialmente vulnerable a los cambios y circunstancias sociales?

- Quizás la mujer que está en casa, atada a su familia y tiene más difícil empezar de cero porque a dedicado su vida a criar a sus hijos y atender a su marido. Al no tener independencia económica, por mucha necesidad que tengan de cambiar su situación, es muy complicado que den el paso. Por eso insistimos tanto en la importancia de la formación. Tampoco podemos olvidar a las mujeres de origen inmigrante que han venido aquí engañadas con cambiar su vida y han acabado en el mundo de la prostitución. Para ellas también hace falta incrementar los esfuerzos.  

- ¿Cómo valora la presencia de la mujer en el Ayuntamiento de Córdoba?

- Desde mi punto de vista, no soy partidaria en absoluto de cuotas que obliguen a las instituciones a tener un número determinado de mujeres al frente, ni en el Ayuntamiento ni en ningún otro organismo público. Las mujeres debemos estar ahí porque lo merecemos y valemos para ello. Lo de las listas cremallera no lo apoyamos.  

- ¿Y qué opina de las críticas que tildan al Ministerio de Igualdad de política de escaparate?

-Es que el Ministerio de Igualdad es absolutamente prescindible. En este país no hace falta un ministerio que sólo ha servido para colocar a mucha gente afín en ideología y que realmente no está haciendo nada que nos sea útil a las mujeres.  

-¿Qué contenido echa en falta en él?

Para empezar suprimiría todas estas campañas absurdas que está apoyando y financiando. Sobre todo empezando por las `miembras´ y el impulso del lenguaje no sexista. Luego, dotaría de mayor presupuesto al apartado de formación para las mujeres que no han tenido acceso y a las iniciativas encaminadas a fomentar la seguridad individualizada de las mujeres víctimas de violencia de género.

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